DOS SOFAS ENCARADOS.
Y perpendiculares a la pared de la chimenea, dándole así la importancia de ser el centro de atracción de la sala. Una mesita de mediana altura y dos sillones la complementan. A espaldas de uno de los sofás, la mesa rectangular del comedor. Una pared oscura en contraste con el blanco de la chimenea y de la librería.
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