Una gran celosía y grandes telones protegen la casa del sol.

Vista del salón, con doble altura, desde el estudio en el piso superior. Fotografía: rincón de la chímenea, con la piscina al fondo. El sofá blanco es de Antoni Citterio y el negro, de Eileen Gray; el sillón de listones de madera es de Capelli-ni. En el centro, una mesa de hierro estucturada en color teja, diseño de Tonet.

Mediante el color se puede combinar armónicamente lo antiguo con lo nuevo, ya que una bella conjunción de colores armoniza casi siempre diferentes estilos. Por ejemplo en un comedor, el aquí ofrecido, la zona propiamente de comer, compuesta por la mesa y sillas de estilo moderno, el color predominante puede ser el blanco o un pastel muy suave enmarcado por una alfombra redonda de tono muy contrastado. Si el mueble antiguo, por ejemplo un bufete, pose una bella madera labrada y pintada er diversos colores será entonces conveniente colocarlo so bre la pared de fondo y que ésta sea del mismo color que las sillas y mesa; a ambos lados y un poco separadas de mueble, unas cortinas en tono oscuro, si el caso lo re quiere, serán el toque definitivo.
Eso sí, recuerde que muebles oscuros combinarái siempre mejor sobre fondos pasteles.

Desde las escaleras que acceden a la planta superior se aprecia el ancho tabique que separa la cocina del comedor y cuya anchura se ha aprovechado para situar una librería con baldas de cristal. La mesa velador de juego y el espejo dorado son de procedencia familiar.

En la planta baja, el salón con chimenea. Junto a un diván, tumbona de Múgica y lámpara con pantalla metálica. La maleta de aluminio procede de Palau Reial.

En la zona de comedor, una mesa camilla vestida en los nos sobrios se completa con sillas thonet y butacas  de mimbre en tono natural, todos adquiridas en Cubiñá. Una escalera de caracol con daños metálicos y barandilla de hierro conduce a la parte superior donde se habilitar la cocina y el dormitorio, el distribuidor que les da de enlace, el sofá Gilda  en cuero azul ultramí creación de Nancy para Cycsa, se erige con verdadero protagonista.

En el comedor queda patente su pasión por la porcelana. En las hornacinas, una vajilla de Herend de principios de siglo que ya no se fabrica. La mesa, que procede de Santillana al igual que las sillas directorio, la ha montado con todo lujo de detalles: individuales de lino de Los Encajeras, platos de loza inglesa de Mason’s, cristalería portuguesa y cubertería de plata de Duran. Los decanter frascos para el vino- son ingleses, del XLX, y los negritos, de Becara. El marmorizado que remata el zócalo, con una tela de Gastón y Daniela, lo
realizó Reyes Miraflores.

El comedor se ha colocado en una zona próxima a la entrada del salón con una disposición adosada a la pared para evitar limitar el espacio. En esta misma idea, se elige una mesa con sobre de cristal que ofrece ligereza óptica, y sillas con un diseño estilizado y tapizadas en un tono claro, pero sufrido al uso. Como se disponía de un punto de luz de aplique en la pared y no en el techo, se instala una lámpara que utilizando el punto de luz, pudiera colgarse del techo aportando luz centrada a la mesa del comedor.

El comedor situado en un espacio independiente, está presidido por un valioso tapiz del siglo XVII, el mobiliario elegido se compone de una mesa Marcussi con sobre de cristal y pie de tres cilindros enacero acompañado de sillas de estilo regency. Empotrados en el techo, dos focos spot que iluminan deforma directa el centro de la mesa.

Gemma nos pedía en su carta una distribución que solucionara, además, un gran problema de organización y almacenamiento: les faltaba espacio para ordenar los libros y necesitaban armarios para guardar los accesorios del salón y el menaje del comedor. La solución tomada consiste en adaptar una composición modular, de gran capacidad, con estantes a modo de librería y armarios bajos con puertas y cajones, cubriendo la pared frontal del salón hasta la columna estructural. El resto de la pared, hasta la puerta, lo ocupa un aparador en el que se guardará el menaje, el servicio de mesa. Sobre éste, una pequeña lámpara aportará una luz cálida e inti-mista al ambiente.

En el ángulo opuesto de la habitación, perfectamente definido, ubicamos el salón. Lo componen un conjunto de sofás de tres y dos plazas respectivamente, dispuestos en L, para que el área quede más recogida. En medio, una gran mesa de centro, y en el ángulo entre los dos sofás, una mesa rinconera. Una cómoda butaca de relax, colocada de espaldas a la puerta, cierra visualmente este ámbito, y se integra, de este modo, en el resto del salón. Junto a ella hemos situado un carro móvil en el que van el televisor y el vídeo.